lunes, 21 de marzo de 2011

Perplejidad

A ella le gustaba leer algún trozo de lo que iba a comentar por la radio. La última vez que lo hizo, eligió un libro de Santiago Gil titulado "Las derrotas cotidianas". Prefería leer y dejar al oyente con la miel en los labios, con las ganas de saber cómo continúa lo que se está contando. Al siguiente día de su intervención en la emisora de radio, apareció por su lugar de trabajo un señor de mediana edad, barba descuidada y bastante desaliñado en general y le preguntó por ese libro que había oído en la radio de un tal Santiago Gil. "Es que me he sentido identificado con el protagonista". ¿Me gustaría saber si aquí dan clases de informática? Ella se quedó un tanto perpleja y comenzó a sentirse algo culpable, porque una voz interior le decía que el libro no le iba a dar ninguna clave. Le miró a los ojos y le aclaró, para sentirse menos culpable, que el libro estaba bien pero era un poco triste. A él no le importó, se lo quería llevar , decía una y otra vez, porque se sentía identificado, se sentía identificado.

2 comentarios:

  1. Por el título del libr recomendado imagino la cara de quién lo recomendó cuando llegó el "identificado" jajaja

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  2. CUANDO UN LIBRO NO TE DEJA INDIFERENTE ES QUE TIENE ALGO ESPECIAL ¿O NO?

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