martes, 14 de diciembre de 2010

Ajuste de cuentas

Mientras ellas lloraban y rogaban a la policía que no las sacaran de su casa, que les dieran tiempo para recoger sus cosas, porque la notificación del desahucio había desaparecido del buzón, él yacía muerto en un edificio de oficinas no muy lejos de allí. En aquel momento las dos mujeres sólo sabían que perderían su última posesión, todo lo demás estaba perdido ya. Lo que no podían imaginar era que un ajuste de cuentas había terminado con la vida de quien las había dejado sin dinero, sin trabajo, sin hogar y sin amor.

4 comentarios:

  1. ¡Qué fuerte!
    No tienen nada pero ya se acabó la terrible pesadilla. O no, porque a veces las heridas no cicatrizan nunca. Pero no habrá heridas nuevas

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  2. Me gusta, corto pero directo a la verdad.

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  3. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ¡Que fuerte! amiga.

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